Condeduque
Este año contamos con un doble comisariado:
En la programación oficial del festival la muestra en la Sala Polivalente “Cuerpos atravesados: la memoria lacerante” con los artistas: Fernando Llanos (méx), DEMOCRACIA (esp), Felipe Rojas (chi), Eugenio Merino / Indecline (esp/col), Joacélio Batista (bra), Anna Gimein (eeuu), Lía Letícia (bra) y Gabriela Golder (arg).
Y por otra, en la Sala de Bóvedas, comisariado por Adonay Bermúdez la muestra “Desobediencias y resistencias” con las artistas: Marina Abramovic (yug), Teresa Correa (esp), Regina José Galindo (gua), Shirin Neshat (ira), Itziar Okariz (esp), Jürgen Klauke (ale), Matt Mullican (eeuu) y Sigalit Landau (isr).
Cuerpos atravesados: la memoria lacerante
08-19.09.2021
En la presente muestra de videoarte la diversidad de relatos y de decisiones alcanzadas para transmitir sus mensajes permiten acercarnos al duro ejercicio de la memoria, el daño causado por el poder y la búsqueda de relatos que resistan al olvido, a las lógicas del relato histórico manipulado y que narrar una mentira cien veces contada que se convierte en la verdad.
Hay muchas formas de dialogar con lo que acontece, aquí verá más de media docena que permiten alejarse de la oficialidad discursiva de la Historia en mayúsculas.
Entra, ocupa el espacio y contempla. Buen viaje.
Desobediencias y resistencias
08.09-21.10.2021.
Artistas: Marina Abramovic (yug), Teresa Correa (esp), Regina José Galindo (gua), Shirin Neshat (ira), Itziar Okariz (esp), Jürgen Klauke (ale), Matt Mullican (eeuu) y Sigalit Landau (isr).
Una exposición comisariada por Adonay Bermúdez. Coproducida por Gran Canaria Espacio Digital y Centro Cultura Contemporánea Condeduque.
Colabora: CA2M (España), Colección Pi Fernandino (España) y TEA Tenerife Espacio de las Artes (España).
Cuando el concepto de deber desaparece, somos libres, somos desobedientes frente a un sistema represor. En el momento en el que se suprime una acción robótica, nacida y alimentada desde un sistema heteropatriarcal, así sea con un acto aparentemente -y definido socialmente como- banal, el sujeto abandona su origen etimológico (de sujetar) y se convierte en individuo, descripción que lo convierte en persona libre. Así hablemos de una libertad temporal o con fecha de caducidad.
Numerosos estudios feministas han afirmado que hay un “hacedor” detrás de la acción. Sin un actuante, se afirma, no es posible la acción y, por lo tanto, tampoco la capacidad para transformar las relaciones de dominación dentro de la sociedad.1
La desobediencia es interesante y coherente en espacios donde el actuante puede ser escuchado. Es, por ello, que el análisis sociológico de la zona, el grado de oposición y la forma de comunicarla se sitúan como elementos fundamentales para que pueda ser efectiva. Evidenciar la injusticia, aunque sea de manera sutil, ya forma parte de la propia desobediencia, debido a que se recurre a un pensamiento contrario al impuesto. La queja siempre genera apatía porque desestabiliza los pilares de la sociedad actual, es, por tanto, que la desobediencia se postula como un ente híbrido, más allá de las relaciones originadas socialmente con la violencia.
Bajo un gobierno como el actual, las personas generalmente creen que deben esperar hasta haber convencido a la mayoría para cambiarlas. Creen que, si oponen resistencia, el remedio será peor que la enfermedad. Pero es culpa del propio gobierno si el remedio es peor que la enfermedad.2
Oponer resistencia, ahí está la desobediencia. Sencillo y eficaz. La revolución comienza en un acto individual que posteriormente será apropiado y repetido por otros.
Desobediencias y resistencias muestra acciones individuales, materializadas en videoperformances y ejecutadas como denuncia pública pero dentro de un pseudocivismo crítico cotidiano, es decir, acciones habituales o comunes dentro de nuestro día a día pero que han sido ligeramente modificadas, ofreciendo una nueva interpretación con una carga más agresiva y de confrontación directa con el espectador.
Todas las piezas que conforman este proyecto expositivo presentan primeros planos donde el/la artista cuestiona el rol de sumisión y obediencia, presentando
obras abiertas al debate (individual y colectivo). Son acciones que incitan una reacción por parte del público pero sin obligarle a tener una réplica prefijada. Son acciones culturalmente definidas como íntimas que ocasionan rupturas entre lo público y lo privado (o lo socialmente catalogado como privado) y provocan una discusión en torno a ello. Son acciones cotidianas que han sido subrayadas y, por tanto, enaltecidas, y sin aparente trascendencia, pero que hacen herida. Son acciones desestabilizadoras que rompen con las narraciones tradicionales y patriarcales.
Son acciones de desobediencia y resistencia.
Jugar al hula hoop con un alambre de espino, vomitar mientras se canta, orinar en espacios públicos, introducir monedas en una calavera, respirar con un esqueleto, responder a base de gritos a una declaración de amor, hipnotizarse como acto creativo o disparar al espectador.
¿Qué importa que la palabra revolución no esté en sus labios, si la revolución está en sus pensamientos y en sus hechos?3
https://proyector.info/project/08-09-2021-condeduque/
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